La piel que cubre tu cuerpo es única; es tu huella en el mundo, cuando te miras al espejo es lo primero que ves, pero la vista no es suficiente para hacerte consciente de la importancia que tiene el cuidado de la piel: el órgano más grande del cuerpo, cuya función principal es protegerlo de agentes patógenos presentes en el entorno.
El cuerpo depende de la piel para sobrevivir puesto que es la primera línea de defensa ante amenazas externas.
- Proporciona el sentido del tacto.
- Contribuye a la producción de vitamina D, vital para la salud de huesos y articulaciones.
- Controla la temperatura del cuerpo a través del sudor y el flujo sanguíneo.
- La piel está compuesta por millones de células que se activan cuando un agente extraño traspasa la primera línea de defensa.
- Refleja la salud del organismo interior a través de cambios en su color y textura, así como la aparición de granos y manchas.
¿Quién no quiere verse bien, más jóvenes, lucir una piel hermosa? ¿Quién no quiere ser visto con admiración? a veces en el anhelo de ser visible se recurre a métodos inmediatos para embellecer la piel, dejando de lado la salud. La ventaja de cuidar desde el interior es que garantiza una belleza autentica y duradera.
El primer paso para cuidar tu piel es hacerte consciente de ella. ¡observa con atención esos dos metros cuadrados que te cubre desde la cabeza hasta los pies!
- ¿Cuál es su color?
El fototipo de piel nos determina la capacidad que esta tiene para protegerse de la radiación solar. Los fototipos van del 1, pieles más claras al 6, pieles más oscuras
- ¿Cómo es su aspecto?
Normal: una piel en buen equilibrio.
Seca: carece de los lípidos que necesita para retener humedad y formar un escudo protector frente a influencias externas.
Grasa: tiene una elevada producción de sebo.
Mixta: una piel que consta de una mezcla de tipos de piel.
- ¿Como es su textura y su aroma?
Esto habla de hábitos saludables: no someter la piel a cambios bruscos de temperatura frío o calor, una buena limpieza con productos adecuados y mantener la piel bien hidratada.
- ¿Cómo te sientes con la piel que tienes en este momento?
- ¿cómo ha sido la relación con tu piel?
Nunca es demasiado para reconciliarte con tu piel. Cada milímetro de tu cuerpo merece el mismo cuidado, aunque es el rostro el que requiere mayor atención ya que es tu “cara al mundo”.
Por esta razón realiza las siguientes recomendaciones para mantener una piel sana y perfecta.
- Lava el rostro dos veces el día, al despertar y antes de dormir para quitar impurezas y exceso de grasa que provocan los puntos negros.
- Usa protector solar. El sol produce manchas, arrugas y envejece la piel.
- Hidrata la piel con los productos que mejor se adapte a las necesidades de tu piel.
- Cuida el contorno de los ojos, en esta área se encuentra la piel más delgada y sensible, por lo tanto, requiere atención particular.
- Exfolia la piel una vez a la semana para retirar células muertas y devolverle el brillo y luminosidad a la piel.
- Realízate una limpieza facial de grado dermatológico.
- No olvides beber abundante agua.
- Aliméntate sanamente.
- Haz ejercicio.
- Evita el estrés.
Hay cosas que no has elegido como las características particulares de tu piel, pero si puedes elegir cómo hacerte responsable de su cuidado: informarte, recurrir a especialistas y, sobre todo, comprometerte contigo, ya que el autocuidado es el mejor ejercicio de amor propio.